Parece que esta vez sí. Por fin, después de dos años sin encierro, sin fiesta, sin pañuelos... llega San Fermín.Este 7 de julio habrá de todo eso y más.Las visitas foráneas reservaron su plaza allá por enero... Las cuadrillas de casa guardaron mesa para el almuerzo en el segundo peldaño de la escalera... La hostelería en marzo comenzó a respirar... El Ayuntamiento empezó a soltar globos sonda. Cada uno más fantasioso que el anterior... Y con optimismo y ganas acogemos expectantes la colocación del vallado, las barras aquí o allá, las verbenas con estrellas de primera fila... o no. ¡Estas fiestas van a ser insuperables, inmejorables , increíbles, inolvidables...!Nadie quiere tristezas. ¡Que no estropee nada nuestra alegría! ¡Que no se empañe nuestra fiesta! ¡Olvidémonos del “bicho”! Vale. Bien. Estupendo.

Ahora paremos un segundo esta vorágine. Cerremos los ojos un instante y miremos a nuestro alrededor, al más cercano...¿Quién no estará estas fiestas? ¿A quién echaremos de menos ese minuto antes del txupinazo?

Siempre hay un espacio pequeño, casi imperceptible, que nos lleva a la añoranza, al deseo de un abrazo con quien ya no está. Y esta vez el hueco va a ser mayor.Pues yo después de haber vivido estos dos años de locura, quiero tener hoy, a pocos días de que nuestra ciudad baile con marea rojiblanca, un homenaje y un recuerdo muy especial.A tod@s l@s médic@s y enfermer@s que se contagiaron y murieron intentando curarnos... A todas y todos los auxiliares de hospitales y residencias de mayores, celador@s y personal de limpieza que se contagiaron y murieron haciéndonos más llevadera nuestra estancia en una situación tenebrosa que, sin dudarlo, pintaban de cariño y sonrisas adivinadas tras las mascarillas... A tod@s los que trabajaron hasta el límite en comercios indispensables en esos días de encierro llenando estanterías, cargando y descargando camiones, facilitándonos la medicación necesaria... y que, por supuesto, se contagiaron y murieron casi en silencio, porque hasta en esto ha habido ninguneos.

A l@s abuel@s que no podrán defender a sus txikis de los vergazos de Caravinagre, ni les enseñarán los pasos de la Era en la Plaza del Castillo. A la cantidad de personas cuyo hogar es una residencia, que ya no recibirán un soplo de vida con las visitas sanfermineras.A tantas y tantos que quisimos... A tantas y tantos a los que lloramos en un adiós solo y despiadado... Tengamos sólo un minuto, sólo un momento para ell@s. Os agradecemos. Os queremos. Os extrañamos.Este año mi brindis será el vuestro... Mi pañuelo se hará cientos por vosotr@s agitándose al grito de Gora San Fermín, Viva San Fermín.Y a ti, Pilartxo, nuestro abrazo y recuerdo.