No voy a empezar la carta diciendo "siempre quise ser ama", porque no, no ha sido así. No lo tuve claro durante mucho tiempo, pero sí que siempre supe que sería mi decisión. Hace unos años empecé el proceso para ser ama en solitario y no ha sido un camino fácil. Decepciones, bajones, negativos Súmale el fallecimiento de nuestra ama y el cuidado del aita. Hasta que llega un día y te dicen "ha dado positivo, ¡estás embarazada!" ¡Madre mía! ¡Qué ilusión y qué vértigo al mismo tiempo! ¿Cómo lo haré? Tenemos tan metido cómo debe ser el modelo familiar que a veces nos cuesta ver otras opciones. Así que esta carta va dirigida a mi tribu. Tribu que consta de amigas y familiares que no es la pareja tradicional. Tribu que me ha sostenido en los malos momentos y se han alegrado por mí cuando han llegado las buenas noticias Esa red que ha hecho turnos en el hospital, ha preparado tuppers o ha cocinado unas albóndigas estupendas, e incluso ha dormido en una silla o sofá horribles y encima te dicen "que han pasado buena noche". Esas manos que me ha acompañado al pediatra, han cogido a Nahi para que la ama descanse o se duche, ¡pelo y todo! Esa red que te manda un mensaje desde los Madriles para preguntarte qué tal estamos y que se acuerda mucho de nosotr@s. La tribu que te dice "voy a la compra, necesitáis algo?" O a la que si le dices "qué noche hemos pasado, me siento fatal" te escucha y te entiende Vaya ejemplo de cuidados y de feminismo me habéis dado. Mila, mila esker, tribu! Maite zaituztet! Beste mundu bat posiblea da.