Como bien recalca Feijóo, “la Constitución está en peligro”; pero, al contrario de lo que él pretende hacernos creer, por anquilosamiento. Las Constituciones estáticas, que no se adaptan a los tiempos que viven, fallecen. Si no se reforman, la ciudadanía se distancia de ellas. Los países europeos occidentales las actualizan con soltura: Austria más de 100 reformas, Alemania 62, Suecia 34, Bélgica 33, Malta 29… España solo 2 impuestas por Europa: para pagar la deuda y para permitir a ciudadanos de la UE residentes en España ser electores y elegibles en las elecciones locales.

Como para efectuar reformas se necesita el consenso con un partido tan continuista como el PP -en realidad dispuesto a pactar para quitar derechos y blindar privilegios-, nuestra Carta Magna morirá. Ni siquiera el PP es capaz de consensuar para cambiar “disminuido” por “discapacitado”. Como para reformas de calado.

La renovación es el baluarte de la Constitución para no morir. No se puede vivir anclado en el pasado.