Cuando ves el comportamiento mezquino, miserable, egoísta, de los políticos que se dedican a la política por cuatro monedas, que además pagas tú y que bien pensado no son cuatro son cuarenta.

Elma Sáiz y su partido y el amigo navarro Santos Cerdán, que es de los que mandan en Madrid, sombra del presidente Sánchez, tienen problemas, serios problemas. Queréis hacer bueno aquello de lo mío es mío y lo tuyo para los dos. Eso es mezquino. Lo que no es de recibo que el alcalde de Pamplona-Iruña lo nombren en Madrid. Es volver a la dictadura de Franco, fascista donde los haya.

Y eso sirve además para que se te rían a la cara, te mientan y te produzcan un dolor de los que llegan hasta los tuétanos. Comprendes el odio, las guerras, todos los instintos más oscuros, las fobias, el asco y la miseria humana. No sirve de nada que ya hayas pasado por esa cruz antes, más bien agrava el dolor y te obliga a retirarte a un rincón del alma para recomponer tu espíritu y seguir adelante e intentar tragar el sapo que te ha servido alguien a quien tú pagas, y te duele más si es mujer. Y más si dice ser progresista, socialista y una larga lista de mentiras. No hay derecho. Una más que pasa a la colección de miserias que toca vivir.