Soy Cristina Lora Ribas, madre de tres hijos y víctima de violencia de género. Hace 6 años decidí hablar en vez de callar para siempre. Desde entonces se han sucedido denuncias, sobreseimientos, juicios, sentencias, autos..., pero la situación sigue siendo la misma. Soy víctima de violencia de género pero ahora también víctima de violencia institucional.

Tanto jueces como fiscales lo saben pero con sus decisiones sigo igual de desprotegida o más y, lo que es peor, mis hijos también. Sus sentencias son incumplidas sistemáticamente por nuestro agresor, jueces y fiscales lo saben y callan. Mis hijos siguen siendo maltratados, jueces y fiscales lo saben y callan.

Instituciones sociales y policiales nos ignoran activamente, jueces y fiscales lo saben y callan.

La Agente Viogen designada para mi caso, conocedora de múltiples actos delictivos y poseedora de pruebas de ello durante meses, lo ocultó a la justicia negando las evidencias. Jueces y fiscales lo saben y callan.

Educadoras de fundaciones subcontratadas por el Departamento de Derechos Sociales del Gobierno de Navarra (Xilema y Pauma), han incumplido términos de la sentencia judicial y encubierto maltrato físico y psicológico a mis hijos. Jueces y fiscales lo saben y callan.

MICAP (Muy Ilustrísimo Colegio de Abogados de Pamplona) ha respaldado comportamientos poco ortodoxos de abogados en la causa penal. Jueces y fiscales lo saben y callan.

Políticos regionales y estatales conocen la situación y jueces y fiscales lo saben y callan.

CGPJ (Consejo General del Poder Judicial) y FGE (Fiscalía General del Estado) saben lo que sucede, jueces y fiscales son apercibidos pero siguen tolerando y callando.

La indefensión crece a la vez que la vulneración de las leyes que ellos mismos se encargan de hacer cumplir, pero jueces y fiscales lo saben y callan.