Claro, ahora resulta que la señora alcaldesa tiene además la capacidad de leer la mente y sabe que, tal y como ha manifestado, se debe hacer una consulta ciudadana que “no refleje solamente la opinión de unos pocos que se están manifestando por otros intereses y alentados por otros motivos políticos”. ¿No se le pasa por la cabeza que tal vez los motivos por los que se manifiestan esos pocos sean realmente los que declaran como razón de sus protestas?
Debería replantearse esa actitud, ese creer que quien no piensa como ella se equivoca, que detrás de cualquier opinión contraria se esconden aviesas intenciones ajenas al asunto en concreto.