No es de recibo que el Ayuntamiento de Pamplona plantee el proyecto de la reurbanización de la Plaza de la Cruz y su entorno y la construcción de aparcamiento subterráneo en la calle Sangüesa como un pack: dos en uno, que confunde a la ciudadanía. 

No es de recibo que el Ayuntamiento, para la resolución del problema que se ha creado, plantee un proceso participativo farragoso, consistente únicamente en la cumplimentación de un cuestionario sin validar, con preguntas capciosas, público objetivo sesgado, que no buscan conocer el sentir de la ciudadanía sobre esos temas, sino legitimar, sin ninguna garantía, un proyecto contestado por toda la oposición y gran parte de los y las vecinas y comerciantes, y otras personas y entidades del área de influencia de la plaza de la Cruz y de otras zonas de la ciudad. Sin explicar el proyecto. Sin estar aprobado en el pleno, ni siquiera el PEAU, al que hacen referencia en algunos momento y que está en periodo de alegaciones, Dios sabe desde cuándo. Muchas de las personas a las que va dirigido no saben qué hay que votar. Desconocen los proyectos. No los han visto, sólo saben lo de los periódicos. Esa consulta no es de recibo. Si tienen un poco de decencia deberían retirarla.

No es de recibo que el Ayuntamiento haga una convocatoria pública en la Casa de la Juventud con una directora de área, dos concejales y dos o tres técnicos con una dinámica indecente, con desconocimiento total del tema sobre el que se plantea la consulta, con una falta de respuestas escandalosa. Es que había preguntas que no entraban en el examen. Sólo venían a repartir (no a debatir) el folleto con el modus operandi de la consulta: qué, quíen, cómo y dónde se podía votar. La sala estaba llena. Es una falta de respeto a la ciudadanía, deberían pedir disculpas. Actos como estos crean la desafección con los políticos y políticas que al final de cuentas representan al Ayuntamiento. 

No es de recibo que se haga la consulta y que a eso se le llame proceso participativo. Desvirtúan también los procesos participativos y quitan las ganas de participar. ¿Es eso lo que pretenden?

Y ya puestos, no es de recibo el proyecto en sí ni en el fondo ni en la forma, por más que se empeñen en lavarle la cara con lo que llaman procesos participativos y otras triquiñuelas. No cuela.

Con estas actuaciones no hacen más que desprestigiarse y crear crispación y malestar en la ciudadanía.