La vida va de cuidar y ser cuidados
La vida humana -naciente como celebramos en Navidad- y en cualquier etapa de la vida, requiere atención y cuidados y las personas estamos capacitadas para hacerlo. Además, nuestro dar y darnos libremente a otras personas nos hace felices y nos realiza plenamente.
En nuestra sociedad se presentan muchos retos en la atención y cuidado de las personas, desde las no nacidas a los enfermos y mayores. Podemos acompañar con amor en las diferentes etapas de la vida y ayudar para que cada persona sepa descubrir el sentido de su vida, incluidas las rutinas diarias. No hay duda de que nuestros proyectos vitales reciben muchas amenazas y necesitan ser alimentados y a veces rehechos. Hay etapas de crecimiento y desarrollo especialmente vulnerables donde cada persona se ha de reconocer en su corporalidad como sede de su ser único e irrepetible. No hay duda de que somos nuestro cuerpo, pero a la vez mucho más que cuerpo. Si nos parece que solo somos cuerpo, sería adecuado transicionar animales y ver los resultados como en otros campos de investigación. Con personas en desarrollo, que experimentan una batería de cambios continuos no exentos de crisis, la atención y el cuidado amoroso han de ir por delante.