Aprovechando un obligado descanso como consecuencia de un desafortunado accidente, quería haceros unas sencillas recomendaciones ante la terrible sobrecarga en las urgencias sanitarias.

Sin duda hay justificación segura para muchas de estas visitas urgentes pero piensen, y me dirijo específicamente a los niños, un altísimo porcentaje de los pequeños van a pasar procesos víricos, tales como gripe A, B, covid, nanovirus, sapovirus, adenovirus, “no sé qué virus, y así hasta miles. Por tanto, toses persistentes, mocos en la nariz, congestión, a veces fatiga con la fiebre al respirar, diarreas, vómitos, etcétera, son los síntomas más habituales.

¿ Qué actitud sería la adecuada? De verdad, siempre la misma: bajar fiebre, paracetamol, ibuprofeno, en algunas ocasiones vía rectal, a veces metamizol. Líquidos frecuentes, abrigar en casa con poca ropa, algún lavado nasal, dietas suaves, ambientes no cargados, humedad discreta, aplicaciones de bálsamos adaptados a niños, sueros, líquidos en pequeñas cantidades, sustancias un poquito azucaradas, no dejar la lactancia materna si está con ella, etcétera. 

Sin duda, algunos casos precisarán ingreso, niños pequeños a los que diagnostican la conocida bronquiolitis o bronquitis, neumonías, infecciones de oído, garganta. Los menos, igual ni el 5-7% del total de visitas urgentes u otras enfermedades, pero seguro que la mayor parte volverán a sus domicilios tras permanecer, en ocasiones, más de 6 horas esperando a ser atendidos, enfadándose, con ambientes no óptimos e inadecuados y dándonos cuenta de que esas horas de espera confirman una necesidad baja de ir o de acudir a urgencias, de lo contrario, les aseguro que su atención será inmediata.

Fíjense que en las propias familias, en la mayor parte de las ocasiones, habrá personas con catarro, con fiebre, con tos.

Mi recomendación: pensar que muchísimas veces no son necesarios esos desplazamientos y esas esperas. A veces perjudicamos a los que más lo necesitan. Nunca lo generalizaré pero sí lo insisto, valórenlo. 

Por cierto, aunque las vacunas no curan ni previenen una enfermedad al 100%, pueden y de hecho logran disminuir las incidencias de estas enfermedades. Por tanto, vacúnense, vacúnenles.

Paciencia. Estos procesos actuales se curan casi todos en 2-3-4-5 días y, como les digo, por otra razón yo tengo que aplicar esta paciencia sabiendo lo activo que soy. ¡Suerte! 

Háganme un poco de caso, todo se mejorará y así facilitaremos estas masivas visitas a urgencias. Podemos aplicar en nuestro domicilio el paracetamol o el ibuprofeno en base a nuestro criterio, igual que lo hacemos en otras circunstancias. No son novedad estas ondas epidémicas. Recuerdo guardias de hace 30 años con 230-240 niños.

El autor es pediatra