El domingo pude gozar del frontón Navarra Arena otra vez viendo la final de pelota por parejas, donde cuatro fenómenos del deporte de la pelota a mano, atletas casi divinos, nos hicieron disfrutar de su fuerza, inteligencia, habilidad, preparación, esfuerzo, atletismo y todos los ismos habidos y por haber. Lo hice desde la tele, con el ojo de la cámara que, estratégicamente colocado, capta mucho más que el ojo humano.

Todo el escenario por partes y al completo. Un espectáculo digno de ver y sentir. Se pierde el calor del fervor de la gente y la cercanía de los luchadores, pero se gana en visibilidad el conjunto, la decoración y el espacio. Y comentarios en euskera con expelotaris expertos junto al maestro Euzkitze. Festival total. La iluminación de largo, proceso hacia el disfrute total de nuestra cultura deportiva en una de las modalidades más populares.