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El arca

El arcaI.P.R.

Un viejo navarro estaba en posesión de una exquisita arca de roble del siglo XVI perteneciente a su familia por generaciones. Un buen día, un viajante quiso comprarla. “Te daré 10 mil monedas por tu arca”, le dijo. “Cualquiera tiene 10 mil monedas, pero no todo el mundo tiene este arca,” respondió el sabio navarro orgulloso de su patrimonio.

Como en el caso del viejo navarro, han llegado a nuestra tierra empresas eólicas especulativas a comprar nuestro patrimonio paisajístico. Quieren colocar molinos de 200 metros de altura desde Lezaun hasta el Valle de Goñi pasando por el Valle de Guesalaz y Salinas de Oro. Lo que está en juego no son simplemente unas bonitas vistas, paseos por el monte, pastos para el ganado y una enorme riqueza de aves, sino nuestra identidad. Hablemos claro, si no cuestionamos estas actuaciones, nuestro patrimonio natural está a punto de cambiar de forma irreversible.

¿Estamos preparados para aceptar un cambio tan drástico? ¿Estamos dispuestos a sacrificar los montes y campos de nuestros pueblos a lo largo de toda la estribación sur y este del parque natural de Urbasa y Andia? Las grandes empresas eólicas ya han mandado cartas a los ayuntamientos en estas zonas tanteando al pueblo con dudosas promesas de riqueza. ¿Verdaderamente queremos deshacernos del arca que tanto han mimado nuestros antepasados?

El arca está en buenas manos. El viejo navarro conoce el valor de su legado. Duerme tranquilo. 

*La autora es vecina del Valle de Guesalaz

Muzqui (Valle de Guesálaz)