El debate para luchar contra la desinformación está motivado porque con tanto bulo, la misma democracia está en peligro. Por ello alarma que Feijóo no plantee alternativas y sostenga que ese plan “es el mayor ataque a la libertad de información de la democracia”, y otras lindezas que nada tienen que ver con el asunto.
En el fondo, Feijóo es coherente: al frente de la Xunta mantuvo un férreo control de los medios públicos de comunicación en Galicia al tiempo que financiaba generosamente los privados afines. Y eso por no hablar de Ayuso y el control -aún mayor que el de Esperanza Aguirre, que ya es decir- de Telemadrid fomentando la desinformación, o del cierre de la Radio Televisión Valenciana, tras la estampida de su audiencia por la reiterada manipulación informativa del PP o de la manipulación sectaria de TVE por el Gobierno de Rajoy pisoteando lo que debe de ser una cadena pública financiada con el dinero de todos. ¿Por qué ponen tantas pegas a combatir bulos? ¿Acaso les beneficia?