El próximo 1 de octubre se celebra el Día Internacional de las Personas Mayores. 

Ese día se volverá a poner de manifiesto que las personas mayores tienen derecho a acceder a unas condiciones de vida dignas, lo que significa disponer de unas pensiones públicas suficientes, servicios públicos universales y de calidad y viviendas saludables. Hay que subrayar que dichas personas deben decidir cómo vivir, cómo quieren ser cuidadas cuando no puedan hacerlo por sí mismas y cómo quieren morir.

En Navarra existe una profunda preocupación por la situación que viven las personas más frágiles, muchas de ellas usuarias de centros asistenciales y del servicio de ayuda a domicilio, por las pensiones mínimas miserables y los recortes, privatización y encarecimiento de servicios públicos esenciales.

Por esos motivos destacaremos las exigencias de unas pensiones mínimas públicas y dignas, y en especial la necesidad y urgencia de contar con un sistema de atención y cuidados públicos y de calidad para todas las personas mayores necesitadas. Y para resaltar y dar una dimensión más amplia y de participación social ante este grave problema de falta de atención y cuidados.

Recordad la precariedad en que se encuentran los trabajador@s de las residencias de nuestra comunidad. Este sector está despreciado, fruto de la falta de un convenio digno que facilite unas relaciones laborales y económicas justas.

Por otra parte, anular la brecha de género en las pensiones, es decir, que no haya diferencias entre hombres y mujeres en el aspecto salarial. Pensión mínima de 1.080 euros y que la pensión de viudedad sea del 100%.

Por último, que de una vez se devuelvan los 67.000 millones de euros que en su día se llevaron de la caja de pensiones para rescatar a los bancos.

*Miembro de la asociación de jubilados de Navarra Sasoia de la Ribera