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La carta del día

Teatro en el pueblo

Teatro en el puebloAyuntamiento Cendea de Olza

Tengo la la suerte de vivir en Lumbier, un pueblo donde diferentes pulsos de expresión artística laten con gran vitalidad.

Somos una comunidad con una presencia musical que acoge cantidad y calidad. Aquí se pasean por las calles txaranga, gaiteros, txistularis, trikitixas; la banda en los días de solemne celebración, kantuz, auroros, joteros, Kantirun, Iseo, algunos grupos de rock nacidos en nuestras bajeras y, aunque cada vez es menos habitual, cualquiera que se anime a entonar una canción en días de fiesta.

Todos los años se organiza una exposición de pintura local y alguna obra tiene gran repercusión externa.

Tenemos grupo de danzas que se mantiene en el ámbito de la ikastola, bailes de salón y bailes en línea. Tenemos periodistas y escritores que aportan su colaboración al pueblo en diferentes actos.

Pero hoy quiero hablar de teatro.

En Lumbier hay un grupo de teatro con una dilatada trayectoria en el tiempo. Todos sus componentes son aficionados, algunos son fieles a la cita anual y forman parte indispensable del elenco, otros van y vienen según lo posibilite el trabajo, la familia o cualquier otra causa. La persona que sigue fija en el tiempo es su director: Ángel Sagüés. Ángel es de Lumbier, hijo de Paco el del artillero. Desde bien joven apostó por su mundo interior, y con valentía y mucha dedicación forjó en su tiempo un espacio de vida donde el teatro cobró parte irreemplazable de las horas. Ángel ha trabajado el método Stanislavski, con su sistema de forjar un personaje creíble mediante la conexión psicológica y afectiva con el personaje. Ha buceado en la mímica, la expresión corporal, la danza clásica o los montajes más fantásticos. Ha ocupado cientos de escenarios y ha roto barreras hacia el patio de butacas. Se ha cogido los bártulos y ha salido a las calles a cabalgar con sus animales figurados, ha buscado el cielo con los zancos. Ha doblado y desdoblado guiones, frases, expresiones, palabras. Ángel se sabe todas las músicas que necesita para dar entradas, causar efectos, preparar rebeliones, relajar la escena o crear intimidad.

Dibuja, pinta y no sé si cose, pero la escenografía cobra vida con sus trazos, sus máquinas, que de forma mágica se adaptan a las tres paredes.

Hace ya unos años que, junto a su compañera de vida, Asun Abad, formaron Átikus, como una sociedad de trabajo donde gestionar sus proyectos.

Al instalarse en Etxauri, la mirada hacia lo rural de estas dos personas ha propiciado un tejido de talleres escénicos de una riqueza sin par. La experiencia y buen hacer de Átikus teatro da como resultado unos espectáculos de gran calidad artística.

Este es el II Ciclo de Talleres de Teatro “Entre pueblos” con participación de cinco localidades: Etxauri, Irurtzun, Lumbier, Orkoien y Oltza.

He de decir que he visto los cinco trabajos en el antiguo cine de mi pueblo y escribo estas líneas para felicitar a Ángel y a Asun por su gran labor, por acercar a los pueblos el teatro, por creer en las personas que llegan hasta sus manos y cómo les dan voz. Por su dedicación, su humanidad y este maravilloso gusto que tienen de contarnos la vida en forma de teatro.

Gracias siempre, mila esker Ángel eta Asun.