Amor-alidad
Me preocupa a límites insospechados la sociedad futura que vamos a formar. Estamos rodeados de personas corruptas e inmorales. ¿Dónde está la honradez? No solo de los políticos que representan a este país, CCAA y demás instituciones, sino también a menor escala, padres y madres que son capaces de lo que sea para poder acceder al centro escolar que desean aportando padrones irreales, rentas camufladas… en sí parecen actuaciones irrisorias. Sin embargo, por muy minúsculo que parezca, me gustaría dedicar este escrito a esas conductas.
Todo acto tiene su consecuencia. Somos los referentes de nuestros hijos e hijas, ellos observan e imitan todo lo que hacemos. El ser deshonrado, lógicamente, no va a pasar desapercibido. La consecuencia de esto, crear generaciones venideras llenas de inmoralidad, falsedad y deslealtad. En un futuro no muy lejano, nos seguiremos quejando de la corrupción, perversión que nos rodea. Tal vez tendríamos que empezar nosotros, como padres y madres, a cambiar el mundo, hacerlo más bueno y justo, y posteriormente seguir mejorándolo a través de nuestros bienes más preciados, que son nuestros hijos y nuestras hijas.
Con todo esto saco una conclusión, el ser humano es malo por naturaleza, por lo que ser hoy en día en este mundo, buena persona y honrada, vale por dos. Gracias a ellos sigo creyendo en el ser humano.
Antes de terminar, me gustaría hacer tres preguntas reflexivas. ¿No es paradójico que se hagan triquiñuelas en procesos de admisión organizados por un departamento como el de Educación? ¿Quién es más culpable, el que engaña o el que es conocedor de ese engaño y cierra los ojos? ¿El fin justifica los medios?