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El alcalde no va a misa

El alcalde no va a misaPatxi Cascante

El amor a una ciudad no tiene credos y puede amarla cualquiera de cualquier religión. Otra cosa es la fiesta, que desde antiguo se organiza en torno a la figura de San Fermín, patrón o copatrón de Navarra. Y si el día grande de las fiestas, el siete, se va a misa en honor al santo que derramó su sangre por sus creencias, se va. Y no hay filigranas que hacer para no acudir. Porque ya no se trata de creer o no creer, se trata de honrar. Al santo del capotico.

Y si eso bien vale una misa, luego tienes un año para jugar a cartas con Satán si esa es tu voluntad. Opino. Porque nos encanta celebrar y ser fiesteros, pero no debemos olvidar que en la fiesta hay que olvidarse de odios, son días para vivir en paz. Llenos de contradicciones desde pequeños que dejamos apartadas unos días por el bien común. Ese, que es de todos, emociona y ayuda a amar esta gran ciudad. Pamplona, siempre para todos y que puede ir a más. Y así lo pienso y lo digo.