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Pamplona y su continuo urbano sin suelo

Pamplona y su continuo urbano sin sueloIban Aguinaga

Pamplona se expandió más allá de sus murallas hace menos de dos siglos. Ahora Pamplona ya se está a punto de completar con la construcción del último terreno de gran tamaño, el futuro barrio de Donapea, y no tiene posibilidad de expandirse más allá de las nuevas murallas que representan los pueblos alrededor de la ciudad.

No quiero ser quien dé malas noticias, pero Pamplona está abocada a la decadencia física y económica, pues sin edificar viviendas no se puede recaudar para otros usos, y sin oferta de vivienda lo que quede dentro solo va a subir y subir echando gente a zonas más asequibles económicamente y vaciando la ciudad hacia la periferia, haciendo a Pamplona decaer en consecuencia. Y muchas localidades vecinas se van a convertir en lo mismo.

No va a ocurrir inmediatamente, pero sí a partir de la fecha nada lejana en que se cubran los solares de las últimas edificaciones que están en marcha o comenzarán en breve. Y ya que hay plan para todas las parcelas importantes, probablemente ocurra de aquí a 2030 o muy poco después.

Algunos creen que para entonces ocurrirá el fin del mundo. El fin del mundo no sé, pero mucho tienen que cambiar las cosas para que el fin de facto de Pamplona sea de forma positiva; o mejor aún, no llegue su final por tomarse las decisiones correctas, con altura de miras.

La solución la han propuesto periodistas y políticos (el socialista Roberto Jiménez por ejemplo) para muchas otras capitales provinciales con el mismo paisaje urbano. Pamplona tiene que absorber Barañáin, Orkoien, Berriozar, Ansoáin, Villava, Huarte y Burlada porque tienen el mismo problema de escasez de suelo edificable; son inviables.

Pero es que la solución para ese conjunto pasa por absorber todos los ayuntamientos justo más allá de las citadas localidades; casi toda la Cuenca de Pamplona. Eso si queremos ofrecer una solución duradera y no un petacho.

Vamos, que además de absorber los ayuntamientos contiguos a Pamplona que ya no tienen suelo o están a punto de agotarlo, hay que absorber la línea metropolitana siguiente; la que cuenta con suelo abundante. Esto a fin de que Pamplona tenga capacidad de expandirse hacia el norte, sur, este y oeste; por todas las direcciones.

Fusionar es crear sinergias, no quitar derechos. Es ahorrar recursos y unir a la gente, no separarla. Sin embargo, la fusión se debe hacer sin echar a nadie de las plantillas municipales, para que nadie pierda el puesto de trabajo y medio de vida que se ha ganado. Simplemente, y con el fin de ahorrar, los puestos duplicados, triplicados… se dejarían de renovar conforme se jubile el personal. En algunos casos se puede renovar la plaza del personal jubilado porque puede ser necesaria la duplicación.

Y no nos engañemos, para sellar el paro y muchos otros trámites oficiales, en muchos casos ya había que ir al centro de Pamplona de todas formas. Y ahora que todo está telematizado, el papeleo se suele hacer desde casa.