A Consuelo Ordóñez
Tal como se ha conocido por diversos medios de comunicación,Consuelo Ordóñez, presidenta del “Colectivo de víctimas del terrorismo”, Covite, ha declarado que dicho colectivo ha documentado ya, en lo que va de verano, ciento treinta y cinco “actos de apoyo a ETA”.
Señora Ordóñez: no manipule usted la realidad. Una cosa es pedir la excarcelación de unas personas que llevan muchos años en prisión y otra cosa es apoyar a la organización a la que pudieron haber estado vinculadas, en mayor o menor medida, esas personas. Y en esos actos, tan detalladamente documentados por Covite, lo que se ha hecho es simplemente pedir la vuelta a casa de los presos. De unos presos que han estado sometidos a medidas excepcionales las cuales, recordemos, han afectado también a sus familiares.
Se supone, aunque eso sea mucho suponer, que vivimos en una democracia plena, y por tanto no debería tener que generar ningún conflicto el hecho de pedir la excarcelación de unas personas, que superan el centenar, las cuales siguen, todavía, en las cárceles por su supuesta vinculación con una organización que cesó su actividad hace ya casi catorce años. Eso es así. Otra cosa es que no le guste a Consuelo Ordoñez.
Esta señora habla de décadas de falta de libertad, y lo achaca a ETA, pero habría que recordarle que, en la actualidad, el motivo principal de falta de libertad, tanto en Euskal Herria como en otros lugares, es que el pueblo no puede decidir libremente su futuro, ya que siempre se le ha negado su derecho a la autodeterminación.
Consuelo Ordoñez, además, se muestra preocupada por el efecto que pudieran tener los actos de apoyo a los presos sobre el deterioro del tejido moral de la sociedad vasca. Y yo le pregunto: ¿No le preocupa a usted también que la impunidad con la que ha contado, y sigue contando, el terrorismo de estado haya contribuido y siga contribuyendo a dicho deterioro?
Dada la preocupación mostrada desde Covite por el estado en el que se encuentra el tejido moral de nuestra sociedad, ¿no debería haber condenado ya dicho colectivo el terrorismo de Estado con la misma contundencia y premura con la que condena, repetidamente, los actos espontáneos de solidaridad de la ciudadanía vasca hacia sus convecinos, unos convecinos que llevan ya muchos años privados de libertad?