Los episodios sostenidos de calor con elevadas temperaturas que han asolado este verano varias zonas de la Península ha originado el surgimiento de la necesidad de desplegar refugios y espacios de sombra para combatir las secuelas del cambio climático. Así, los ciudadanos podrían acceder a parques, arboledas, edificios públicos o privados, etcétera, para paliar estas situaciones anómalas de calor sostenido y altas temperaturas. El termómetro ha registrado 40-42 grados en el sur de Navarra, las áreas costeras se han mantenido entre 30-32 grados y las zonas de interior han alcanzado entre 38 y 41 grados. Lo que preocupan son los aspectos sanitarios, económicos y medioambientales.
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