El tiempo que te quede libre, si te es posible, dedícalo a mí
Al hilo de la letra de la canción voy con una historia del pasado.
Máximo Augusto César, muerto el hombre ya, vivió en la antigua Roma, provincia de Tarraco. Por un decir. Oculta la realidad.
Pues tenemos que antes de, ya éramos romanos y perviven muchos de los usos y costumbres romanas, llámense medidas, para medir volúmenes o distancias. Y ahora venga, abrid tumbas y desempolvar viejas canciones, y veremos a nuestros abuelos volver a empuñar las armas. O en Roncesvalles caer a la retaguardia del famoso rey franco, Carlo Magno. Que sus canciones suenan más dulces.
Pues queridos, el año en ciernes, y siguen las guerras por el mundo. Batallas cruentas, miles de muertos y desplazados, y ¿cuáles son los propósitos? ¿Quizás algunos versos mañana? Triste, seguir igual.
Pues cronistas futuros, de mi decir que, no a la guerra. Y que, al borde del camino, sentado a la sombra os espero. Para cogeros de la mano y seguir. Aliviando el, los dolores de una vida, que no nos deja vivir.
Y de verdad, caramba, el tiempo que te quede libre, si te es posible, dedícalo a mí...