El amor de las cuidadoras de personas mayores es incondicional. El trabajo consiste en hacer el aseo, dar de comer, administrar la medicación y dar paseos por el parque. El vínculo que se hace entre persona mayor y cuidadora es notable porque el cariño recibido entre ambas partes es indescriptible.
Hay un periodo de conocerse, de querer y de compartir buenos momentos. A pesar de ser un trabajo precario es un trabajo sanitario y gratificante que aprecia la parte humana y sensible de la persona. El corazón de la cuidadora se rompe en mil pedazos cuando la persona a quien cuida fallece. Ese momento es muy duro, es muy doloroso y la carga emocional es pesada.
Preguntas como si la persona cuidada fue feliz, estuvo lo suficientemente cuidada, fui la cuidadora idónea, pudo haber puntos de mejoras, son cuestiones que se preguntan muchas cuidadoras. Es cierto que en este tipo de trabajo el amor se lleva en el corazón y que la persona cuidada siempre es recordada con amor por la cuidadora.