Salud mental
Una sociedad individualista crea enfermedad en la rutina. Soy consciente de ello. Queramos o no somos animales sociales y este ritmo vertiginoso y lleno de superficialidad genera distanciamiento, ansiedad, vacío y por ende, enfermedades mentales. Ya somos los números uno del mundo en consumo de ansiolíticos y, aquí viene lo importante, el suicidio es la segunda causa de muerte en jóvenes después de los accidentes de tráfico.
Yo, como persona que lucha cada día con un problema de salud mental grave, discapacitada y superviviente de un intento de suicidio, vengo a destacar lo desamparados que estamos frente a la sociedad y en concreto, ante la sanidad pública. En la mayoría de casos, es prácticamente una quimera un seguimiento efectivo y con una periodicidad eficiente.
Soy un fiel defensor de la sanidad pública, un lujo que tenemos en este país y en especial en Navarra. Soy consciente de los recursos limitados (cada vez más) de este gremio y de todos los esfuerzos que hacen sus profesionales que viven saturados y sin poder dar a basto a la demanda de los pacientes. Hoy más que nunca pido, desde este humilde lugar, que sea quien sea las siglas de quien gobierne, luchen y peleen por incentivar e inyectar de los recursos necesarios en la sanidad pública, porque es lo más importante que tenemos.
Ayudad a los profesionales. Invertid en investigación. Dejaos de guerras sin sentido y dejad de culpar a la inmigración de todos nuestros males. Todos merecemos ser ayudados. Y de paso, intentar tirar abajo las paredes del tabú que todavía hoy hay en nuestra sociedad con las enfermedades mentales y en especial, con el suicidio.
Cuando los profesional fallan o no llegan, sólo nos quedan los nuestros. Nuestra gente cercana. Amigos, familia, pareja...
No dejéis nunca de pedir ayuda. No desesperéis. Hacedlo visible e intentar normalizarlo. Hablad sobre ello, verbalizarlo y no dudéis en contar cómo os sentís. Basta ya de esconderse o de que la sociedad nos estigmatice. Tiremos abajo los prejuicios y digamos, alto y claro: “Ayúdame”. El efecto Papageno, es, en resumidas cuentas, un fenómeno que con una comunicación responsable y empática puede tener un efecto preventivo en el suicidio y salvar vidas.
Si tienes cerca a alguien que sufre por salud mental, no lo dejes de lado. Aunque a veces no esté. Aunque no lo comprendas. A pesar de que se aleje en ocasiones. Es una lucha dura y diaria y en ocasiones errática. No perdáis la esperanza.
Sobra egoísmo e individualismo. Falta amor. Falta humanidad. Faltan “te quieros” y “aquí estoy para lo que necesites”. Faltan abrazos y sobra rencor. Sed empalagosos. Sed excéntricos y sed auténticos. Nos necesitamos unos a otros. Os necesitamos.
PD: mil gracias a mi familia de Aspace, a todos los profesionales que me han tratado y esa gente, desinteresada, que ayuda a las personas con discapacidad.