Cuando llegan autobuses nuevos, hay fotos. Cuando se publica una encuesta de satisfacción, hay fotos. Cuando se bate récord de viajeros, también hay fotos. Pero cuando el servicio empeora, no hay explicaciones.

La gestión del transporte público lleva décadas en manos de las mismas estructuras. Y lejos de mejorar, la situación se deteriora: más problemas, menos soluciones, y una desconexión total con las necesidades reales de la ciudadanía. Cada cierto tiempo se anuncian planes de movilidad urbana sostenible (PMUS), con costes importantes. Pero esos planes no se traducen en medidas concretas. Se guardan, se olvidan, y el transporte sigue igual… o peor. La pregunta es clara: ¿Quién responde por esta falta de acción? ¿Por qué se prioriza la imagen antes que el servicio? ¿Hasta cuándo se va a ignorar la realidad del transporte público?

El actual director de Transporte lleva más de dos décadas al frente. La continuidad en el cargo no ha supuesto mejoras, sino una gestión cada vez más alejada de las necesidades reales del servicio y de quienes lo sostienen día a día.

El transporte público no es un decorado para salir en la foto. El servicio empeora, y nadie da explicaciones. Los planes no bastan: hacen falta medidas reales, ya. Ante años de pasividad, la plantilla no puede quedarse quieta. 

Difunde el mensaje. Organízate. Participa. Presiona. Para conquistar un transporte digno, hace falta la fuerza de todas y todos.

*Representantes de ELA en TCC