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El ojo del Corte Inglés

Quizás pase desapercibido para esa mirada teñida de testosterona publicitaria. Quizás otros no le concedan la mínima importancia. Porque su visión del mundo es androcéntrica, algo así como que los tíos con t de testículos sean los putos amos del cotarro. Los equidistantes dirán que no exagere, que se trata de un inocente dibujo sin ánimo de injuria. Párense un instante ante el pantallazo publicitario que el Corte Inglés de Pamplona ha colgado de su fachada central para anunciar estas fiestas sin igual. ¿Qué ven? Mejor dicho. ¿Qué no ven? ¡Bingo! Ni una sola mujer. Hay gigantes y cabezudos, mozopeñas y txistularis, divinos, toreros y hasta el santo bendiciendo tanta desigualdad publicitaria. El Corte Inglés, ese imperio que conquistó nuestra ciudad a precio de ganga y con una deuda de 4.500 millones de euros, anuncia los Sanfermines identificando la fiesta solo con ellos y su borrachera festiva. El anuncio los muestra a ellos, todos tan masculinos y exaltados como única parte de la zumba. ¿Y ellas? ¿Dónde están? ¿Pintan algo en esta fiesta rebosante de machismo más allá del bastardo objetivo de babosos sobrados de alcohol y jaleados, en ocasiones, por pamplonautas con pedigrí?

Pues no están porque el publicista del Corte Inglés diseña la identidad de un único colectivo. Y tiene claro las especificidades de cada género. De las mujeres solo intuye su presencia en las cocinas, en los hospitales, cuidando, criando, a pie de lavadora, cocinando magras con tomate y, como mucho en la disidencia invisible. Como si la igualdad no quisiera llegar. A todo esto, la selección femenina de baloncesto estará presente en los Juegos de Río tras ganar a Corea del Sur. ¿Lo sabía? Pues eso es androcentrismo. Cuando la vida se ve con un solo ojo.