Atrás quedaron aquellos tiempos en los que la gente de Pamplona iba al Gayarre para ver a Antonio Machín porque cantaba bien y porque era negro. Para la mayoría era el primer negro que veían en su vida.
El viernes una mujer africana leerá el pregón de Navidad en la Plaza del Ayuntamiento de Pamplona. Fátima Djarra Sani nació en Guinea Bissau y desde hace ocho años trabaja para Médicos del Mundo Navarra como técnica de intervención y mediadora intercultural en un proyecto de prevención de la mutilación genital femenina, barbaridad que ella misma sufrió de pequeña y de lo que nos habla en su libro Indomable. Además es una de las fundadoras de la Asociación de Mujeres Africanas en Navarra Flor de África. Ella y otras muchas personas venidas de fuera son ahora vecinas y vecinos de nuestra ciudad. Miembros de nuestra pequeña comunidad. Otro ejemplo sería el de la nueva parlamentaria foral, Fanny Carrillo, nacida en Ecuador.
Ahora ya no es tiempo de quedarnos mirando ojipláticos a los que vienen de fuera, sino de escucharles y establecer vías de comunicación para tratar entre todos de encontrar la mejor manera de vivir y de convivir, que no es poco.
Por eso está muy bien que en el acto de lectura del pregón los niños y niñas del Orfeón Pamplonés canten además de en castellano y en euskera, un villancico tradicional swahili y que la música de la txalaparta se fusione con los tambores africanos. Como está también muy bien hablar de la Navidad pero también del solsticio de invierno; de las costumbres religiosas, de los ciclos de la naturaleza o de cualquier otra forma que tenga la gente de entender y celebrar el fin de año, o de no celebrarlo, ¿por qué no?