El chollo de irse
Preguntado por el terrible exilio juvenil en España, el nuevo ministro de Asuntos Exteriores ha dado a entender que la Generación Skype en realidad está haciendo la Ruta Quetzal. Pues sólo reencarnándose en Miguel de la Quadra-Salcedo, pero con esmoquin, puede uno alabar la fortuna de infinitos desterrados de este modo: “Vivir fuera enriquece, abre la mente y fortalece las habilidades sociales”. Vamos, que quienes hoy en lugar de cenar con su familia fregarán platos en Manchester, cuidarán enfermos en Múnich y dormitarán en un aeropuerto son aventureros con más ganas de ver mundo que de avistar una nómina.
El político confunde irse con tener que irse, y por aquello del espíritu navideño pensaré que lo suyo es más ignorancia que cinismo. Quizás la chavalería de su entorno se larga para airearse y recorrer The Mother Road, y sin duda la aventura abrillanta a uno y a su Facebook. Lo que parece evidente es que, siendo gaditano, desconoce que el 70% de los menores de 25 años de su provincia están en paro. De saberlo debería felicitarles, y felicitarse, por la circunstancia. ¡Cuánto tiempo libre para emigrar y así expandir el cerebro, cuánto ancho y vasto globo por delante para sumar experiencias y corazones de Instagram!
Oídas las explicaciones del ex diplomático por partida doble, habrá que avisar a los pocos jóvenes que aquí trabajan: panda de pringaos, ya estáis tardando en hacer la maleta. Donde esté el pasaporte, que se quite un contrato. Anda que no mola ver crecer a los sobrinos y envejecer a los padres, alejarse de la novia y cuadrar a la abuela frente al ordenador. Enriquece mazo echar de menos y sentirse solo. Mucho, mucho.