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Gónadas

El juzgamundos más leído de España -no nos engañemos, el más visto y oído es Jorge Javier Vázquez- ha dictado sentencia: “Los yihadistas van a ganar, ellos tienen cojones. Son jóvenes con hambre y un rencor histórico acumulado absolutamente comprensible. Occidente y Europa en cambio son viejos, cobardes, caducos y no se atreven a defenderse.” Tanto el augurio como su explicación me parecen un disparate, pero a ver quién le pone el cascabel al tigre. Porque lo difícil no es enfrentarse al corresponsal y su escopeta, sino a la buena fama que luce el pesimismo.

Para empezar, ¿en serio piensa que los canallas del ISIS algún día tirarán a los homosexuales desde el Edificio Singular y prohibirán trabajar a las donostiarras? Porque para airear un vaticinio de tal calibre uno debe estar segurísimo de sus certezas o ser muy frívolo. Para seguir, con ese tijeretazo entre nosotros y ellos olvida que millones de musulmanes, amén de hambre y rencor, acumulan unas ganas absolutamente comprensibles de disfrutar de nuestras libertades, de gozar de una vieja, cobarde y caduca vida similar a la nuestra. Son tan yihadistas como yo cruzado. Hay un limbo muy amplio entre el burka y el nudismo, y contra la daga majara no solo pelea Rambo.

Y, para terminar, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos ha fallado en contra de un matrimonio que se negó a que sus hijas fueran a clases mixtas de natación. Establece que la escolarización y correspondiente integración social priman sobre la práctica religiosa. Ese es el poderío testicular del que disponemos por estos pagos. Y, metido a profeta, creo que aplomando esa defensa no perderemos.