Ion Arretxe tenía que hablar la semana que viene en una mesa redonda en Pamplona, pero no va a hacerlo. Murió de enfermedad hace tres días, dejando familia, una obra inacabada y una silla vacía en el Baluarte. El errenteriarra era sobre todo conocido como escenógrafo en los medios cinematográficos y televisivos del Estado, donde había trabajado en más de 30 películas y varias series de TV. Destacaba así mismo como actor, guionista de cómic y escritor. Era precisamente ésta última faceta la que le iba a traer a nuestra ciudad, más concretamente su último libro, “Intxaurrondo. La sombra del nogal” (El garaje Ediciones, 2015), un relato autobiográfico sobre su detención, a los 21 años, en el cuartel que la Guardia Civil tiene aún hoy en ese barrio donostiarra. Los hechos que narra sucedieron en noviembre de 1985, en plenos “años de plomo”, con ETA inmersa en una espiral de fuego y sangre a la que el Estado oponía una respuesta policial feroz e indiscriminada. Aunque no lo supo hasta después, Arretxe fue detenido en la misma redada que Mikel Zabalza. Tuvo, sin embargo, más suerte que el orbaizetarra. A pesar de ser también salvajemente torturado, pudo llegar a contarlo. Pocas semanas después salió en libertad sin cargos. Hasta prácticamente la víspera de la publicación de su libro Arretxe nunca había hecho declaraciones públicas sobre su atroz experiencia. Por cierto, ni una sola línea de su relato ha sido desmentida ni protestada por ninguna instancia oficial. “¿Cómo se puede defender la violencia y la muerte? Creo que todos nos tenemos que poner en el lugar del otro, y pensar en el dolor del otro”, decía hace poco en una entrevista periodística. Un buen principio para estos momentos en que estamos a punto de dar cerrojazo definitivo a uno de los capítulos más tristes y estúpidos de nuestra Historia.