Las mujeres mandan en Navarra. No sé si me impresiona más advertir que todos los partidos de nuestra comunidad, a excepción de UPN y PNV, están liderados por mujeres o el hecho cierto de que, a no ser por el reportaje de este periódico, no hubiera tomado conciencia de ello. Además, también son mujeres las principales responsables del Gobierno y Parlamento foral (donde ellas ocupan el 50% del hemiciclo), Cámara de Comptos, Delegación del Gobierno, Audiencia Provincial y de la mitad de las consejerías. Este ejemplo de feminización de la política no se da en muchos otros lugares y debe ser motivo de orgullo para una sociedad que va dejando atrás tiempos pasados.
Vaya esto por delante, pero más importante que el número de mujeres en altos cargos de representación es, tal y como alguna de las entrevistadas resaltaba, el desarrollo de verdaderas políticas feministas. El gran cambio se dará cuando las prioridades en el quehacer político sean otras y “se ponga en el centro” aspectos de la agenda que antes estaban apartados, como son, entre otros, el lenguaje, las pensiones, la igualdad real de oportunidades en el mundo laboral, la apertura a los ámbitos de decisión y el sector de los cuidados asistenciales, sin olvidar el ancestral desequilibrio de las responsabilidades en el ámbito familiar.