Hoy se inaugura en el Archivo Real y General de Navarra la exposición Navarrorum, 2.000 años de documentos navarros sobre el euskera, que podrá visitarse hasta fin de año. Una buena ocasión para comprobar que el euskera en Navarra no es algo importado ni su uso es una mera malévola estrategia de invasión nacionalista.
Lingua Navarrorum significa en latín “lengua de los navarros”. Es así como se refieren al euskera en un documento que ahora cumple 850 años, sancionado por el rey Sancho el Sabio y que podremos ver en esta muestra. También podremos contemplar las estelas de Lerga y Ujué, datadas en el siglo II y en las que aparecen los nombres de dos divinidades locales, Umme Sahar y Lacubegi, que son las palabras en euskera escritas más antiguas que se conservan al sur de los Pirineos. O las glosas emilianenses del siglo XI, o la carta del año 1416 de un oficial real de Carlos III el Noble llamado Matxin de Zalba, el texto más extenso escrito en euskera en la Edad Media, o el primer libro impreso en esta lengua, Linguae Vasconum Primitiae, fechado en 1545 y obra del bajo navarro Bernart Etxepare, o las creaciones literarias del pamplonés Juan de Amendux, o la carta del tenor Julián Gayarre a su tía Juana, escrita en 1884 en euskera roncalés? un recorrido por las diferentes fases que ha vivido el euskera tanto de esplendor como de represión.
Una exposición de culturilla general muy recomendable para todo el mundo, especialmente para los alcaldes que saludan en inglés o para los que pretenden hacer listas-ghetto en las oposiciones para que los docentes bilingües todoterreno no les hagan competencia a los monolingües y les coman el pan del morral, por ejemplo.