estamos en temporada de caza. En el coto de la UPNA, se marea la perdiz. Aunque está prohibida su captura a reclamo, es el método más utilizado. La perdiz es Medicina. Treinta años de actividad del coto público de la enseñanza superior en Navarra -una de las mejores aportaciones de los gobiernos forales en democracia-, y sigue sin implantarse esta formación tan necesitada de profesionales a corto y medio plazo. Se reclama y se producen esperanzadoras y vagas declaraciones-reclamo de su oportunidad, pero la perdiz revolotea sin caer al zurrón de la UPNA. La última corresponde a la presidenta Barkos: el convenio de financiación plurianual 2018-2020 con la UPNA recoge el “compromiso” para establecer la “financiación adicional necesaria” para complementar la implantación del Grado de Medicina. Desde luego, por encargo de estudios de viabilidad y reiteración de debates y acuerdos parlamentarios no habrá quedado. La actual Facultad de Ciencias de la Salud ofrece los grados de Enfermería y Fisioterapia en los campus de Pamplona y Tudela, además de cuatro másteres. En España hay una treintena de facultades de Medicina; una de ellas en Navarra, de carácter privado y situada en el grupo puntero de las mismas. Las Facultades públicas españolas tienen un limitado número de plazas anuales y una alta nota de corte; las privadas, matrículas muy caras. La competencia de Facultades de países del Este europeo resulta muy tentadora. Hay que facilitar que los navarros que quieran estudiar Medicina en casa puedan hacerlo. El médico es un profesional imprescindible en la sociedad: en educación para la salud, diagnóstico, tratamiento e investigación. Desde la atención primaria -congestionada y poco valorada- hasta las especialidades en sus versiones más punteras. La Medicina es una de las inversiones con mayor reversión social. En cuanto a su implantación en la UPNA, los gestores políticos y académicos parecen más presionados que convencidos.
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