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Pifostio

el sábado nevó más de lo esperado, pero nada que no veamos aquí casi todos los años. Sobre todo, nada que justifique el cierre de las principales vías de la Comunidad y menos aún el pifostio de Altsasu. La noche del sábado, Etzegarate parecía un barrio de Alepo, con centenares de personas inmovilizadas, prácticamente abandonadas a su suerte. ¿Imprevisión? ¿Falta de medios? Consuela poco que entre Ávila y Segovia fueran cinco veces más los atrapados en una trampa peor. El mediodía del día de Reyes fui testigo de cómo, a la altura de San Migeltxo, el tráfico de la A-15 se bloqueaba por culpa de dos camiones a los que la nieve hizo detenerse cuando uno adelantaba al otro. La cola debía de llegar a Zuasti para cuando apareció por el arcén un coche de la Policía Foral. ¿Fin de nuestras desventuras? Ja. El vehículo oficial continuó sin detenerse, espero que a algún lugar donde fuese más urgente su presencia. Salimos del cepo después de casi una hora, sin ayuda de uniformado alguno. Porque si los forukis pasaron de largo, a los civiles no se les vio el pelo. La oposición está ya pidiendo explicaciones al Gobierno de Navarra. Nada que objetar. Pero que no se olvide de que es el Estado el responsable último del tráfico en nuestras carreteras, con unas competencias que ni el PSOE ni el PP han querido nunca transferir a la Comunidad Foral. “La Guardia Civil nunca se irá de las carreteras navarras”, se ha dicho. Igual el sábado sí, porque estar, no estaba. Mientras, vecinos y autoridades locales de Altsasu socorrían y alojaban a los afectados por el temporal. Nada parecido se vio en otras latitudes. Ayer, a más de un opinador se le notaba su incomodidad ante la ejemplar conducta de una población criminalizada hasta el esperpento. Tres jóvenes de ese pueblo cumplieron ayer su día número 420 en prisión preventiva por una trifulca de bar.