Mientras parece que IFEMA está primando negocio sobre arte, o negocio sobre debate social, o negocio sobre libre expresión y saca de ARCO la colección de retratos Presos políticos de Santiago Sierra, en el mundo ocurren otras cosas. A veces se nos olvida que los nombres encierran su propia definición. ¿Qué es IFEMA? La Institución Ferial de Madrid. ¿Qué quiere una feria? Vender. Pero incluso si hubiera retirado las 24 fotografías sólo por ese motivo, para que la política no enturbie las aguas del mercado, IFEMA podría estar equivocándose, porque ha puesto el foco en la obra de tal modo que ya hay un empresario dispuesto a pagar 80.000 euros por ella. También puede que se trate precisamente de eso, de una estrategia de venta. Tras el diseño de las operaciones de marketing hay cerebros cuyo funcionamiento los simples mortales no somos capaces ni de intuir? En fin. Decía que mientras tanto en el mundo ocurren otras cosas. Ana, una mujer que trabaja para una franquicia de “belleza, cuidado familiar y del hogar” en pleno casco viejo bilbaíno me contaba ayer que la han despedido. Vía burofax. ¿El motivo? En los últimos dos meses han bajado las ventas en su tienda. ¿Es ella la responsable? Lo dudo. Creo que se maneja bien en la atención al cliente, es agradable, cariñosa, ofrece alternativas cuando se le ha terminado un producto? Aunque no los aparente tiene 52 años. Y cree que ya no va a encontrar trabajo. El presidente de la CEOE le diría que sonría, porque justamente está proponiendo que se puedan hacer contratos de formación y aprendizaje a mayores de 45. Pero no sé si un sueldo de becaria ahora que su hijo está en la universidad le va a parecer buena idea, la verdad.
