Resimbolización

Me temo que vamos a tener Caídos para rato. Solo una de las siete propuestas que han pasado la criba del Ayuntamiento opta por el derribo del infame mamotreto, o sea que, por simple cálculo de probabilidades, nos podemos ir dando por jodidos. Los otros seis proyectos proponen la adecuación, del actual edificio, con usos que van desde trasladar aquí el consistorio pamplonés hasta resucitar en los confines del Ensanche un viejo proyecto de Barcina, el Museo de los Sanfermines (“?y de la cultura de Navarra”, sea lo que sea eso), pasando por una biblioteca, un lugar para conciertos o un centro de interpretación de la memoria histórica. Todo muy serio a primera vista, con cierta querencia por lo emblemático. ”Resimbolización”, le han llamado. A lo mejor soy muy raro pero, puestos a dejar el bicho vivo y sin entrar en cuestiones arquitectónicas, tengo para mí que el mejor reciclaje o para este lugar tenebroso sería optar por lo más lúdico. Quizás un maxilocal de ocio, con discoteca, sitio para actuaciones en directo, juevintxo diario, afters a partir de las seis (AM) y hostal turístico en lo que sobre, algo que además contribuyese a descongestionar lo Viejo. Una de las más de veinte propuestas rechazadas postulaba por un rocódromo, no uno cualquiera, sino el mayor de Europa en su clase. Estamos hablando de una de las modalidades deportivas con más auge entre los jóvenes, que, sin embargo, cuenta con una más que limitada oferta en nuestro territorio. En otros lares, ?Jaca por ejemplo,? constituye uno de los grandes atractivos de la localidad, con particular proyección entre los escaladores franceses. El extraplomo bajo la actual cúpula nos habría puesto ?un poco más? en el mapa, haciendo a su vez las delicias de los mejores especialistas del ramo. Tampoco habría habido que romperse la cabeza para publicitarlo. “Honek bai Molatzen! / Esto sí que Mola!” habrían rezado los carteles.