"Solicitamos a los grupos parlamentarios algo tan simple y lógico como máximo consenso para cumplir con la LORAFNA, tal como en su día se hizo con las competencias de educación, sanidad y justicia. Y que dejen de utilizar a la Policía Foral como campo de batalla política, para situarla como una solución óptima a los problemas de la ciudadanía navarra en materia de seguridad". Así finalizaba hace unos días una carta al director Santiago Arraiza, de la Agrupación de la Policía Foral, una misiva en la que con sumo detalle explicaba la historia de la Policía Foral en relación a tráfico, así como toda clase de leyes, números y estadísticas de atestados y accidentes, que plasmaban la realidad del asunto: la foral ya asume la mayor parte de la labor. Una carta en la que, además, se nos decía el número de policías existente: 1.077 policías forales, 1.400 guardias civiles, 650 nacionales y 700 locales. Eso hace una cifra de 3.827, lo que supone una tasa de 586 policías por cada 100.000 habitantes, mientras que la media nacional es de 361 policías. Leo que el delegado del Gobierno en Navarra anuncia que lejos de perder efectivos en Navarra por la pérdida de la competencia de Tráfico van a venir 200 guardias civiles más, lo cual me lleva a pensar que cada vez que Navarra logre una transferencia igual nos caen 500 policías, hasta situarnos líderes mundiales destacados en tasa policial junto al Vaticano, Mónaco y Bahamas. Porque ya somos una de las regiones con más tasa de Europa, ya que Chipre, el país con más tasa por habitante, tiene 573 policías por cada 100.000 habitantes. Y nosotros, 586. Y eso con unas tasas de delincuencia bajas. La extrema derecha y sobre todo Navarra Suma ha renegado de los propios fueros con los que tanto se les llenaba la boca y han utilizado y utilizan a la Guardia Civil, mientras el ciudadano de a pie pagará con sus impuestos todo este disparate.