e igual modo que, cuando toca quejarse de algo, se hace, cuando hay que dar las gracias se dan, así que hay que agradecer a la Comisión de Desescalada que formó el Gobierno de Navarra con profesionales de varios ámbitos, al Departamento de Salud, al propio gobierno y a, entre otras, la Federación Navarra de Montaña que desde hace unas semanas y días negociaron con el Gobierno de España las condiciones que se tienen en Navarra desde el lunes para practicar montañismo, senderismo, ciclismo, etc. Gracias a esas negociaciones y a la actitud de escuchar las demandas sociales y trasladarlas, desde el lunes cualquier persona, sea federada o no, puede desplazarse por la comunidad y darse un paseo ya sea andando o en bici o subirse un monte, una actividad que es parte intrínseca de esta tierra, abarrotada de montañas, senderos, etc. Basta ver, por ejemplo, que en Pamplona y sus municipios más cercanos -Burlada, Villava, Barañáin, Berriozar, Ansoáin, Huarte y Zizur Mayor- viven 300.000 personas, el 44% de la población navarra, pero que lo hacen en apenas 43 kilómetros cuadrados, el 0,4% del territorio. Que todo ese volumen de gente estuviese limitado a su municipio para hacer algo de deporte cuando en cambio sí que podía ir a otros sitios a comprar o tomarse algo no solo era un sinsentido sino que precisamente saturaba los municipios de origen, algunos de ellos como Villava y Barañáin con densidades de metrópolis asiáticas. Eso ya ha pasado a mejor vida y es de esperar que poco a poco vayan cayendo otras restricciones, puesto que será señal de que se va sanitariamente por el buen camino. Ahora solo queda seguir teniendo se vaya donde se vaya la misma prudencia que tiene cada uno en su casa y, a ser posible, más, puesto que muchas zonas con menor población tienen precisamente una población más mayor y vulnerable. Esto no ha acabado y no lo podemos perder de vista.