er pasar las vallas a Nahia Miqueleiz Lizarraga con apenas 15 años como si fuese la mismísima Yordanka Donkova, con una técnica apabullante para esa edad, verle ganar el oro en el Nacional Sub'16 en Pista Cubierta y lograr la 2ª marca de la Historia -palabras mayores-, ver a su compañero del Hiru Heri Unax Chocarro en el mismo campeonato cambiar en el 600 a falta de 120 metros como cambiaban Borzakowski o Konchellah y ganar y lograr el mejor tiempo de la Historia -palabras mayores-, ver cómo Ane Algarra (Ederki) les acompañaba el podio con un bronce en Pentatlon no ha hecho sino confirmar lo que ya se vio en el Sub'18 al aire libre -4 medallas-, Sub'20 -6-, Sub'23 -12, récord histórico- y absoluto -11, récord histórico-: el atletismo navarro está en el punto más alto a nivel general de su historia. Y lo está en un año en el que apenas se ha podido competir y lo está en una comunidad en la que las y los atletas siguen sin poder entrenar en mínimas condiciones de temperatura, seguridad y confort durante muchos meses del año. No hay una pista cubierta, como sí la hay en muchos lugares, y ese déficit histórico que se arrastra amenaza con prolongarse por encima de la vida atlética de maravillas de la naturaleza como Asier Martínez, Nerea Bermejo, Miren Bartolomé, Izaskun Turrillas, los hermanos Quijera, Maitane Melero, Sergio Fernández, Adrián Vallés, Iker Alfonso, Laila Lacuey, June Kintana, Sandra Barrio y que me perdonen aquellos a quien olvido y por supuesto todos los de categorías menores que ven cómo un compromiso del Parlamento tomado por unanimidad en 2019 no está reflejado en los presupuestos para 2021. Se sabe en qué época estamos, pero meter una línea para al menos comenzar el estudio y designar la ubicación -parece que junto al polideportivo de la UPNA-- no es ninguna locura. Es de justicia, es viable, es lo mínimo. Los años pasan. Que no pasen ya más.