El Ayuntamiento de Pamplona tiene una nueva norma que establece que las inserciones de publicidad institucional en medios de comunicación se realizarán teniendo en cuenta los criterios objetivos de la audiencia de cada medio y de la oferta económica que propongan, siguiendo así los principios de transparencia, eficiencia, eficacia, libre concurrencia y no discriminación. Mentira cochina. El primer criterio y principal, por el que se otorgan hasta 75 puntos de los 100 totales, es el de la audiencia. Para poder acceder a este concurso a las radios se les exige que tengan una audiencia mínima del 10% de la audiencia potencial total de Pamplona. A ver. Cojamos papel y lápiz señor Maya, que no es difícil de entender: Pamplona tiene unos 206.070 habitantes. De ellos unos 28.109 son menores de 14 años, que no participan en las encuestas de medición de audiencias. Por lo tanto el universo potencial de oyentes sería de 177.961 personas. El 10% de la audiencia sería, pues, 17.796 oyentes. ¿Cuántos euskaldunes hay en Pamplona mayores de 16 años? Según los datos de la última Encuesta Sociolingüística en Pamplona son el 10.5 %. Luego por lo tanto, para que la emisora Euskalerria Irratia de Pamplona, que sólo emite en euskera, pudiera optar a la publicidad institucional tendría que ser escuchada por prácticamente toda la población euskaldún de la ciudad, el 95,6 %. Si esto se hiciera con lógica se tendría en cuenta el verdadero alcance de esta emisora que es escuchada diariamente por unas 8.000 personas de las aproximadamente 18.700 que viven en la capital, esto es el 42,81% de su universo potencial. Esto, que se han inventado, señor alcalde, ni es libre concurrencia, ni eficiencia, ni eficacia. Esto es simple y llanamente cara dura.