Este bolongo puede leerse a partir de hoy domingo hasta, en teoría, el fin de los días y sin duda corre el riesgo de quedarse anticuado dentro de un tiempo. Ocurre mucho, hablamos y opinamos y vienen los datos a dejarnos en mal lugar, desaparecen algunas dudas, nos llenamos de otras y creemos encontrar la verdad hasta que posteriormente queda desbaratada. Ahora, a punto de finalizar el plazo de entrega de esta columna, me siento perpleja sobre nuestro futuro, sobre qué está permitido o no a partir de mañana.

Después de dos meses, sin duda es una alegría poder ver a familiares y amigos, entrar en una tienda e ir a una terraza, recorrer la comunidad, quedar en grupo . Estos pensamientos me rondaban cuando nos metieron en la fase 1 y, desde entonces y hasta este momento, no logró contestar a mis pequeñas incertidumbres. ¿Puedo citarme en la calle con un ser querido si pertenecemos a diferentes franjas de edad? En caso afirmativo, ¿en qué tramo de salida serán esos encuentros? y, si es posible reunir a mayores, adultos y niños, ¿no es más lógico que desaparezcan los intervalos horarios? Espero que hoy hayan quedado contestadas estas preguntas y otras más que nos persiguen dadas las ganas que tenemos de pasear con los otros, en mi caso, con mis sobrinos.