La foto de portada muestra la pancarta colgada por Greenpeace junto a la Casa Blanca con el lema Resist (Resistir). Activistas de la organización ecologista explicaron que la acción es una llamada a la resistencia ciudadana a Donald Trump por su negacionismo ante el cambio climático, su racismo, homofobia, misoginia e intolerancia, y una invitación a “levantarse” para frenar sus planes. No reclama, pues, una postura pasiva sino activa, al hilo de las protestas callejeras desarrollas en ciudades de EEUU desde su elección como presidente. Resistir a Trump es complicado; no solo porque tiene por delante cuatro años de barra libre para hacer y deshacer, también porque cuenta con la bendición de los poderes económicos: ayer mismo Wall Street, siguiendo la tendencia alcista con la que recibió al nuevo inquilino de la Casa Blanca, marcaba un máximo histórico.

Resistir es una capacidad humana de límite desconocido, una herramienta de autodefensa, una actitud insumisa ante el abuso de poder. Es aguantar los golpes hasta que el agresor no pueda más y abandone porque se le han roto las manos; pero también lo es evitar de forma radical que después del primer golpe llegue el segundo. Hablo de la actitud de hacer frente a Trump, pero también de esas otras resistencias que tienen que ver con el día a día, con lo cotidiano, con lo que traen las páginas del periódico. La resistencia de los enfermos y enfermas de cáncer, soportando las sesiones de quimio y de radio, recargando de esperanza los días en un combate a vida o muerte al que no le vuelven la cara. Hablo de las mujeres que padecen la violencia de hombres desnaturalizados, de las que sufren en silencio y de las que no se callan, señalan y son valientes. De quienes no se han dejado sobornar y denuncian un sistema que coloca a España entre los estados más corruptos. O, en fin, de los actores que, como Josep Maria Pou, siguen dando ejemplo de coherencia desde las tablas y no pierden la oportunidad de recordar el desprecio de los gobernantes hacia la cultura.

Resistir es una actitud que nace del individuo, se extiende y contagia al colectivo; gente unida frente a las enfermedades, la violencia, la corrupción o la incultura. La foto de portada muestra solo una pancarta colgada de una grúa. Pero quizá sea el principio de algo.