Son 113 toneladas de basura en San Fermín, es decir, diez toneladas diarias. El 15% del barrido de toda esa mierda cruje en forma de vasos desechables. Ese vaso blanco casi irrompible y de un sólo uso está en todas partes: en las papeleras, en el suelo, en los bares... y nunca hubiéramos imaginado que no se podía reciclar. Aunque no es biodegradable nos encajaba que en Góngora alguna mano impagable lo separaría con sus guantes de la NASA para reciclarlo como material de la construcción. Pues no. Está tan sucio que no se puede. Va al vertedero. Y es poliestireno (PP), un derivado del petróleo muy dañino desde el punto de vista del medio ambiente ya que tarda más de 100 años degradarse. El vaso reutilizable es un viejo invento con experiencias positivas en Gora Iruñea, las peñas y en el Oinez pero con el hándicap de que los colectivos tenían que lavarlos a mano en pleno San Fermín. Ahora el Ayuntamiento de Iruña ofrece este servicio contratado diariamente con la fundación Varazdin, que emplea a personas en exclusión social, utilizando agua osmotizada para garantizar su higienizado total. Un euro extra que podrá recuperarse en el mismo bar para no llevar el pozal colgando de un lado a otro. Nos va a costar pero, como decía Carmen Lainez, directora de Residuos de la MCP, confío en las nuevas generaciones que vienen por delante. Hay bares que van por libre, otros que este año apuestan por el reutilizable. Poliki poliki. ¿Será un follón que haya diferentes circuitos de calles y espacios festivos donde no se puedan cruzar los diferentes vasos de plástico duro? Es posible, pero se devuelve cada vaso a su zona, y a por otro. Por algo habrá que empezar... Dicen que Baiona también tuvo su adaptación. Por cierto que Francia ha prohibido todo tipo de utensilios de plásticos a partir del 2020. Ni en las máquinas de café tienen cabida. Más argumentos no se pueden dar. Como dice una amiga, el comportamiento de l@s borrach@s en la fiesta es imprevisible. ¿Torres de vasos de un litro en la cabeza quizá? A saber... Abrir las mentes y ver cómo se adapta el personal.