A día de hoy, Javier Esparza es el único político que ya ha sido elegido en Navarra para competir en los comicios forales de mayo de 2023. Puede darse por seguro que Chivite y Barkos también estarán en la pugna, pero solo el presidente UPN ha dado ese paso, tras organizarse un proceso exprés a su medida que excluyó sondear la opinión de la militancia.

Su nominación el pasado 14 de enero no llegó acompañada de ninguna entusiasta puesta en escena, y tuvo una repercusión mediática más bien escasa. No en vano, desde 1999, ha sido el primer candidato regionalista que no ha llegado al poder. Fracasó en su intentona en 2015 al frente de UPN y cuatro años después repitió fiasco con la ya amortizadísima Navarra Suma.

Se mire por donde se mire, su bagaje político no es para tirar cohetes. Ingresó en el Gobierno foral en verano de 2012, con la cartera de Desarrollo Rural, cuando Barcina reorganizó el gabinete tras echar a Jiménez, y desde entonces ha sido partícipe directo de la escasa relevancia política que sufre UPN en la última década. Un partido que bajo su presidencia, ya desde 2015, ni ha recuperado el espacio perdido en Navarra, ni mucho menos la influencia.

Tampoco le va mejor en Madrid. De hecho, Esparza ya ha pedido el acta a tres de los cinco representantes que Navarra Suma consiguió en las elecciones generales de 2019, lo que no habla precisamente bien de su gestión ni de su autoridad.

Hace menos de un año se la reclamó a la senadora Ruth Goñi, quien decidió abandonar Ciudadanos por entender que el partido se había "abrazado al sanchismo". Y ahora se lo demanda a Adanero y Sayas, quienes tampoco han querido saber nada de cerrar acuerdos que beneficien a Sánchez. Por lo tanto, a UPN solo le queda en Madrid el senador Alberto Catalán, ya que la exregionalista Amelia Salanueva se pasó en su día al PP tras haber rivalizado con el propio Esparza por la presidencia de UPN en 2014.

Un currículum el de Esparza plagado de desencuentros entre la derecha y sobre el que afloran las dudas sobre la idoneidad de que vuelva a ser el candidato después de ser responsable de un nuevo incendio en su partido.

Esparza ya ha pedido el acta a tres de los cinco representantes que Navarra Suma consiguió en las elecciones generales, lo que no habla bien de su gestión