L equipo de gobierno del Ayuntamiento de Pamplona ha utilizado todos los subterfugios legales -o ilegales como señala la oposición- en su mano para tratar de colar un proyecto de presupuestos que nunca hubieran visto la luz el próximo año al no contar con apoyos suficientes (Navarra Suma cuenta con 13 de los 27 votos posibles). La dimisión del concejal Joxe Abaurrea tras un acuerdo con la Fiscalía deja a la representación que suman EH Bildu, PSN y Geroa Bai con la misma representación que Navarra Suma, es decir, 13 concejales. Y, en caso de empate, impera el voto de calidad del alcalde, circunstancia ésta que ha aprovechado Maya para forzar en la agenda de fin de año la celebración del pleno extraordinario de presupuestos fijado para el próximo día 30, antes de que de tiempo a que tome posesión de su cargo la nueva edil Garbiñe Bueno. La mayoría municipal ya ha pedido a Maya que respete las urnas y no aproveche la dimisión del edil de EH Bildu para imponer su modelo sobre la principal guía de gasto del Consistorio. Dudan además que se esté respetando la ley en el calendario presupuestario. Muy poco elegante esta treta máxime cuando el acuerdo judicial que ha dado pie a la inhabilitación de Abaurrea deriva de unos incidentes ocurridos con la ikurriña en el chupinazo de Sanfermines de 2019, y tras una decisión injusta como fue impedir que la enseña vasca se viera en los balcones del Ayuntamiento nada más ocupar la alcaldía Maya. Unas cuentas que vulneran la voluntad democrática de los pamploneses y pamplonesas, y que aprovechan una mayoría que le negaron las urnas para reintroducir además la Carta de Capital que le había retirado el Gobierno de Navarra desafiando el principio de autoridad y faltando a la verdad sobre el nuevo modelo de financiación local. Maya monta así el presupuesto que quiere en un momento además en el que su mayor valedor político, el grupo socialista, ve difícil mantener el pacto presupuestario por "incumplimientos flagrantes". Su empacinamiento en reparar Labrit, la falta de consenso sobre Sarasate, el plan para Caídos, el modelo de regeneración de Milagrosa o la falta de compromiso con la política de vivienda social, dejaban solo a Navarra Suma. Su propuesta de 253 millones de euros con un incremento del 7% apenas contiene además novedades.Destacan los 100.000 euros para un concurso de ideas sobre la antigua estación, una de las viejas obsesiones de Maya al que, es vox populi, no le convence el proyecto de Geltoki de economía alternativa. O 204.000 euros más para Sanfermines, los que quería alargar.