El Ayuntamiento de Pamplona tendrá un presupuesto de al menos 262,5 millones de euros, cifra que supone un 11,3% más que en 2021, último año en que se aprobaron presupuestos. Las mismas fuerzas que suscribieron la moción de censura el pasado mes de diciembre y auparon el cambio de gobierno municipal, es decir el tripartito más PSN, han diseñado las líneas básicas del que será un anteproyecto contable que prime tanto el gasto social como el impulso a “los grandes proyectos de ciudad” para lo que se espera contar con más de 45 millones incluyendo el remanente del dinero que quede del año anterior.

Unos mínimos acordados ayer en un equilibrio entre ingresos y gastos que se sustenta en las 60 medidas contenidas en el pacto de gobierno y que tienen que ver con medidas para fomentar la convivencia, la diversidad y los cuidados, la vivienda social, los equipamientos culturales, la transición energética, la movilidad sostenible o el plan de barrios que incluye a Erripagaña. La intervención en el Paseo de Sarasate -su conexión con el parque de la Taconera- y el desarrollo del Plan Municipal de Vivienda Asequible que pretende promover de 1.200 a 1.600 viviendas protegidas, además de Donapea, serán los buques insignia de un proyecto que se espera ratificar a finales de marzo. Dos proyectos que marcarán la transformación urbanística y social de una ciudad con determinación, la misma que ha logrado frenar el proyecto de parking de Plaza de la Cruz o, la resignificación de los Caídos o retomará las obras de amabilización en Pío XII.

Como también es importante recuperar el papel de los colectivos ciudadanía en la Mesa de los Sanfermines y la elección del chupinazo por votación popular. La solución a la rotonda de San Jorge, la creación de una oficina de rehabilitación para Milagrosa o dotar de servicios públicos de calidad a todos los barrios, son sólo algunos ejemplos del consenso alcanzado en ese intento por sacar a Iruña de la parálisis que dejó UPN. Del esfuerzo que se realice para atar bien ese presupuesto con aportaciones de todos y el cumplimiento de sus objetivos a lo largo del año, con equilibrio y valentía, dependerá la estabilidad de este nuevo gobierno. Sin dejar a nadie fuera, respetando la pluralidad, la necesidad de mejorar las políticas de igualdad y pluralidd, la cohesión entre barrios o la normalización del euskera. Las cesiones de todos y todas pueden ser el ejemplo a seguir para otros gobiernos de progreso municipal en la comunidad.