El portadista de La Razón emula a aquel sabueso de la policía que al ver una colilla en el suelo dedujo que allí alguien había fumado. "El caso Pegasus provoca tensiones dentro del Gobierno", anuncia a cuatro columnas el diario de la tilde rojigualda. Menos mal que nos lo cuenta, porque si no, ni nos habríamos dado cuenta.

El gran scoop se ilustra con una fotografía XXL de la ministra de Defensa, protagonista también de un editorial titulado "Robles, el rigor frente a la turba". Se refiere, como imaginan, a la comparecencia de la susodicha en la la comisión de Defensa del Congreso: "No es un secreto que la ministra de Defensa es un objetivo prioritario de los ministros podemitas y de buena parte de los socios Frankenstein desde el arranque de la legislatura. Margarita Robles encarna y representa buena parte de los valores y las instituciones que la ultraizquierda, comunistas y separatistas, detestan. Pegasus ha brindado la oportunidad de ajustar cuentas en ese estilo sumario y patibulario tan del gusto de Unidas Podemos y compañía. Ayer, la ministra habló en el Congreso con el rigor democrático que ignoran sus compañeros de gabinete".

Como refuerzo y propina, en la sección Las caras de la noticia, Pablo Echenique recibe un mandoble en dos tiempos: "Esa justicia sumaria tan del gusto de la ultraizquierda", dice el encabezado, que se completa más abajo: "Quiere cobrarse las piezas políticas que incomodan a los comunistas en el Gobierno. No le sirven comparecencias ni explicaciones por Pegasus. Tampoco investigaciones. Ha sentenciado a la ministra Robles".

También el editorialista de El Mundo blande la pluma en defensa de la superior jerárquica de los espías españoles, rodeada de fieras que le muerden la pantorrila y abandonada por su jefe: "Es Sánchez el que ha encomendado a Félix Bolaños, ministro omnímodo en funciones de bombero, la tarea de remendar como sea la mayoría Frankenstein satisfaciendo el apetito de represalia del separatismo, al que le ofende que Robles se comporte efectivamente como la ministra de Defensa de una democracia. Y no solo al separatismo: también Pablo Echenique, cuyo partido comparte Consejo de Ministros con Robles, exigió ayer su cabeza, y de nuevo no por negligencia sino justamente por celo en la defensa de la integridad institucional de España. Los enemigos de Robles no están en la oposición, sino en un Ejecutivo que depende patéticamente del chantaje de sus tóxicos aliados".

En Vózpuli, Inma Lucas se suma a la cofradía de Santa Margarita, mártir: "Margarita Robles resiste y lo hace llevando la ley por bandera, la misma que impide a todos los del CNI defenderse porque ni es su función ni es su trabajo. Mientras todos se tiran los trastos a la cabeza pidiendo que rueden cabezas sin tener a mano toda la información porque la ley de secretos oficiales lo impide, seguimos padeciendo a algunos espías que no han dejado a títere con cabeza. Y lo grave es que algunos se empeñan en pedir dimisiones en lugar de hacer un frente común para atajar a quienes ponen en riesgo nuestra seguridad".

Mártir, decimos, y heroína, según El Debate. Que le concede los honores de una flecha verde hacia arriba en la sección Las Caras de la noticia (sí, se llama igual que la de la Razón): "Dada la tropa que le rodea en sus propias filas, cabría tildar la intervención de la ministra de Defensa ante la Comisión de Defensa del Congreso de los Diputados de heroica. Salir a defender sin matices a la directora del CNI, a diferencia de lo que había hecho la víspera la portavoz del Gobierno, solo parece poder tener dos causas: que se da a sí misma por amortizada y quiere irse con la cabeza alta, o que se siente muy segura -al menos hasta la cumbre de la OTAN a finales de junio- y quiere demostrarlo. Por ahora".

El llamativo contraste lo marca ABC. Si hace una semana batía palmas, ahora arruga un tanto el morro al glosar a la ministra situada en el ojo del huracán. El director, Julián Quirós, no está convencido de la bomndad del paño: "Como una especie de dique de contención frente al radicalismo de los restantes ministros, un papel que la titular de Defensa ha sabido representar y que tiene más de pose estética que de evidencia fáctica. Pero Robles se ha mantenido como la última referencia de un PSOE, el felipista, del que ya no quedan ni las raspas; porque de aquel felipismo sólo sobrevive ella, y veremos cuánto tiempo".

Y si lo quieren un poco más claro, en el vetusto diario, Agustín Pery (utilizando un tuteo de ser superior) lo dice con tres palabras: "Imposible creerte, Margarita". Eso es el aperitivo. Debajo viene esto: "La veo digna, bien plantá, y no me la creo. Ofendida, en ministra, guardiana de Cartas Magnas y nada, tampoco me la creo. Imposible hacerlo porque en la actuación de Margarita Robles el gazapo de guión es grosero. Ahora que parece la Themis ultrajada del Gobierno me la creo aún menos. No le hace falta la pose de Escarlata O’Hara. No si lo que aparenta por fuera es lo que en realidad lleva por dentro".