¿Quiénes?. ¿Cuándo?. ¿Cómo?. ¿Para qué?... ¡Vaya situación!. Responder a las mismas preguntas que se hacen los docentes cuando programan una disciplina para un determinado curso. Claro que tal cosa suele hacerse sobre la base de muchas certezas. Son profesionales de la enseñanza. Se prepararon inicialmente para ello en las Universidades y suelen practicar la formación continua a lo largo de toda la vida. Lo que no sospechaban es que podía llegara un día en que tuvieran que contestar a esas mismas preguntas desde la más absoluta incertidumbre y falta de experiencia. Pero así ha sido. Y nadie debe escurrir el bulto. Todo el mundo quiere ayudar a las autoridades a tomar las decisiones oportunas, a contestar a las preguntas. Lo malo es si cada uno lo hace desde su particular situación y punto de vista.

A mí, la verdad, no me gustan demasiado los Comités de expertos, los grupos de trabajo, las Comisiones€. Me gustan los Órganos colegiados que contemplan las leyes educativas. Me gusta aún más reforzar a cada docente, que para eso la sociedad le ha puesto ahí y le paga el sueldo, y permitir que sea la autonomía de cada colegio e instituto la que determine esas respuestas.

Una Comunidad educativa es algo muy rico. La forman estamentos variados: Alumnado, profesorado, familias, personal de administración y servicios. No todos son docentes, pero todos educan. Si la enseñanza pierde su carácter presencial, convivencial€se desmorona la Comunidad. El sistema educativo deja de serlo. Mejor dicho, tenemos que rehacerlo. Contestar esas preguntas sí, pero con una premisa ineludible: el carácter presencial de la escuela pública y privada concertada. Si coincidimos todos en eso ya podemos empezar a escribir posibles respuestas. La posición de partida puede ser de no coincidencia, porque hay un enorme interés económico e ideológico en colocar a cada escolar en su propia casa con el último grito en TICs. Hace décadas que se viene pretendiendo que cada domicilio sea una pequeña oficina: Ordenador, Impresora, Móvil, Tablet€ y sin abandonar el papel: prensa, libros de texto, libros de consulta, hojas en blanco €

Si le damos una vuelta a todo esto encontraremos las respuestas. Ahora no es el Ministerio, ni las Consejerías, ni los pedagogos, didactas y psicólogos quienes nos obligan a repensar la escuela. Es un virus. Sin avisar nos pilló "in albis". Lívidos nos quedamos al recibir la orden de confinamiento, el estado de alarma, el cierre de las aulas presenciales, la reunión forzada de las familias en el hogar.

Buena parte de los expertos que nos hablan y escriben parecen convencidos de que estamos preparados para acabar con la brecha tecnológica. Otros, no menos doctos, hablan de brecha social. Para un científico las brechas son otra cosa: desde una buena herida, que urge suturar, hasta una roca sedimentaria detrítica que la naturaleza erosiona tenazmente a lo largo del tiempo. A muchos, gestores educativos incluidos, resolver el problema es una mera cuestión económica. Para mi contestar las preguntas implica toda una filosofía de nuestra forma de vida.

La Ministra Celaá ha dicho: "La educación presencial es insustituible. Así de rotundo" . El Consejero Carlos Gimeno vacila. Es lógico, pero en nada nos llega el 1 de septiembre.

En Podemos ahal dugu estamos preparados y dispuestos a colaborar con el Departamento de Educación para ayudar a resolver este difícil trance. Somos Gobierno de Navarra y Gobierno de España. Soliviantamos a unos y esperanzamos a otros. Pero no vayan ustedes a creer que en Podemos pensamos todos lo mismo. Afortunadamente no es así. Por eso concreto mi opinión personal. Mis premisas son: 1.- Enseñanza presencial siempre, desde los 0 a los 25 años. 2.- TICs para completar la formación, en definitiva unas herramientas más del trabajo escolar y académico. 3.- Confianza absoluta en las Comunidades escolares, en sus Órganos colegiados, Equipos de dirección, Consejos escolares. CCPs (Comisiones de coordinación pedagógica), Departamentos, por disciplinas, en secundaria, bachillerato y FP, Departamentos de orientación,€.

Sentémonos en el rincón de pensar y escribamos cómo se puede hacer la nueva escuela. Será conviviendo con el riesgo de contagios víricos y bacterianos, porque llevamos siglos y siglos haciéndolo así. Hagámoslo porque hemos demostrado que no estábamos preparados para esto. Hasta el 15 de marzo llevábamos una vida que parecía que habíamos perdido la cabeza. Recobrémosla.

¿Quiénes y cuándo?: nadie hasta el 1 de septiembre.

¿Cómo y para qué?: en las condiciones que determine Salud y para recuperar la socialización de nuestra juventud.