Ya se sabe, el verano es tiempo de serpientes: hechos, comentarios o fotos que apenas ocuparían lugar en los espacios informativos el resto del año, alcanzan la primera página de periódicos, la apertura de los informativos de radio o televisión o las portadas de los medios on line sin esfuerzo. Lo bueno es que también es época de espacio -no sé si de éxito-, para la cultura y sus protagonistas. Sin duda, lo peor de las serpientes informativas de verano, además de su carácter casi siempre insustancial y de su monótona tendencia a la repetición anual de hechos y personajes igualmente insustanciales, es que sirven de argumento a los poderes políticos y económicos para desviar la atención ciudadana y tratar de minimizar los efectos en la opinión pública de sus más descabelladas tropelías, que no dudan en acometer al amparo del despiste general de todo periodo vacacional. Por ejemplo, un mes abandonado en el intento de Sánchez de alcanzar la investidura como presidente. Le llaman a esa pérdida de tiempo sus asesores, un buen manejo de los tempos políticos. Y el y tú más de Podemos como aliño diario en redes y medios. El tiempo dirá en función del resultado final, o Gobierno o nuevas elecciones. En Navarra, nada nuevo, la batería habitual de preguntas, exigencias y acusaciones que emanan de la sede de UPN utilizando y manipulando el euskera, la ikurriña, las fiestas, la amabilización, las siglas de la desaparecida ETA... Y como es también habitual desde 2015, lo trascendente estos días es seguir intentado vender la piel del toro a los catalanes a la vez que trata de amedrentar a sus líderes y colectivos catalanistas mientras se tranquiliza al ciudadano con el buen resultado de la enésima intervención quirúrgica a Juan Carlos de Borbón. Y sobre todo ello, se ameniza a las agotadas neuronas del pueblo tras el estrés colectivo del fin de las vacaciones con la última andanza de cualquiera de esos personajes fijos en las programaciones de telebasura. Aunque ya no hay esas princesas del pueblo como las de antes. Solo he echado en falta este verano la serpiente informativa imprescindible de agosto con Gibraltar. Y no sé si es un buen o mal síntoma ese olvido para septiembre.