Resulta casi una broma de mal gusto la pretensión del Ministerio de Defensa de vallar y cerrar una parte importante del Monte Ezkaba bajo la supuesta necesidad de crear una zona de seguridad desde el acuartelamiento de Aizoain hasta el fuerte en la cima del monte. Sobre todo por que ese cuartel de Aizoain lleva décadas allí instalado sin que hasta el momento haya sido necesario ese perímetro de seguridad. Ni siquiera en los tiempos en que la violencia de ETA estuvo activa. Es difícil de creerse la seguridad como la razón real de cerrar una parte de Ezkaba. Por ese monte pasean cada día, y más aún los fines de semana, familias, montañeros, senderistas ciclistas de Iruña y de toda la Comarca de Pamplona. Así ha sido desde siempre, y así debe seguir siendo. Cerrar el paso y levantar un muro en esa zona natural es un despropósito. Y seguramente obedece a otras razones menos militares y más políticas. Basta pensar que está pendiente de aprobar el Parque Comarcal impulsado por la Mancomunidad y aprobado ya por los ayuntamientos de Pamplona, Berrioplano, Berriozar, Villava, Huarte, Ezkabarte y Juslapeña. O que está en marcha una iniciativa para reconvertir el fuerte de San Cristóbal en un lugar de memoria histórica que rinda homenaje a los cientos de personas que fueron asesinadas y represaliadas en su interior durante la dictadura franquista. Ni el Parque Comarcal ni menos aún el lugar de memoria histórica parecen ser del gusto de las jerarquías militares ni del Ministerio de Defensa. Y la forma de intentar parar ambos proyectos es cerrar el paso a los ciudadanos y apropiarse de decenas de hectáreas de terreno comunal de Aizoain. No deja de ser cansina y molesta es fijación de Defensa con Navarra como zona de esparcimiento militar. El Polígono de Tiro de Bardenas, ubicado en una Reserva de la Naturaleza, cumple ya 68 años de maniobras militares con fuego real y espacio aéreo de ensayo de nuevos armamentos destinados a guerras lejanas donde se bombardea indiscriminadamente a civiles inocentes. El Parlamento de Navarra se ha pronunciado ya incontables veces en contra de su continuidad, pero Defensa se limita a regar con millones de euros a las 22 entidades congozantes para que les permitan prorrogar su uso. Ahora, Defensa también pretende usurpar terrenos públicos del bien común en Ezkaba. Lo intenten argumentar y justificar como quieran y puedan, pero no tiene un pase ni legar, ni político. Tampoco militar.