ue el Gobierno central haya decidido sacar a pasear a fuerzas militares por todo el Estado -Navarra incluida-, no está ni mal ni bien de partida. Supongo que se trata de dar actividad a los profesionales del Ejército, que de lo contrario tendrían que pasar esta crisis sanitaria confinados en sus cuarteles o casas como el resto de los ciudadanos. Y, de paso, si se puede, intentar demostrar que el inmenso gasto militar que acumula el Estado en sus Presupuestos cada año tiene alguna utilidad social. Me conformo con que una vez que los militares se ponen en marcha dediquen su labor a actividades efectivas para el bien común. Y, la verdad, las imágenes que he visto hasta ahora apuntan más a una escenificación tan ridícula como inútil. No creo que para limpiar y desinfectar -en caso de que eso sea realmente necesario- edificios, estaciones y aeropuertos vacíos o semi vacíos haga falta mandar a circular por las carreteras tanques que difícilmente van a acabar a cañonazos con el coronavirus. Vaya, que es una inmensa estupidez. Si se pone en marcha una macro operación de este tipo al menos que su coste económico esté justificado y sea efectivo. Porque la pandemia del coronavirus no es, por mucho que se repita, una guerra. Estamos -la mayoría al menos- confinados en casa con comida, agua, comodidades, acceso a servicios, posibilidad de entretenimiento y comunicaciones y atención sanitaria. Las calles están tan vacías como tranquilas. No hay violencia ni altercados. Las casas no están derruidas por las bombas. No vivimos escondidos bajo tierra. Ni tampoco abandonados en un campo de refugiados. No hay masacres, ni violaciones, ni asesinatos, ni matanzas. Una guerra es otra cosa mucho más dura e inhumana. La comparación ofende. Esto es una alarma sanitaria que está costando muchas vidas, mucho trabajo profesional y mucho esfuerzo colectivo, pero no es una guerra. No hacen falta tanques, ni misiles, ni fusiles. Hacen falta profesionales sanitarios y de otros muchos ámbitos haciendo su trabajo de servicio público en las mejores condiciones posibles. Si los militares se apuntan a eso, bien. También en Navarra, que no deja da aportar cada año en su Convenio Económico millones de euros para lo que llaman Defensa del Estado. Pero si van a jugar a la parafernalia militarista, será una pérdida de tiempo y de dinero absurda que no valdrá nada para lo que son de verdad los problemas y necesidades de las personas por esta crisis sanitaria.