l cuerpo está raro. Todo es raro. No diferente, raro. Hoy no nos sentimos como en El día de la marmota, no estamos atrapados en el tiempo repitiendo la rutina de cada día 6. No es un 6 de julio más. Es irrepetible. Único. Histórico. Lo impensable, lo que nunca imaginamos que pasaría, está pasando. No hay Chupinazo. Hoy no es víspera de nada. No hemos sacado la ropa blanca. Ni el pañuelo a la espera de ser anudado al cuello. No tenemos almuerzo. Ni agenda festiva a la vista porque no estamos de fiesta. Hoy es un día triste, extraño, duro para quienes sentimos San Fermín muy cerca y para quienes trabajamos intensamente para contarlo al resto. Hoy miraremos el cielo a las doce de la mañana para sentir emociones nunca sentidas, para dejar que este año la fiesta vaya por dentro. Eso sería lo mejor, que cada cual la viva interiormente, sin sacarla, sin compartirla en aglomeraciones ni espacios comunes. Sin beberla sin control. No toca. Tenemos que estar a la altura, a la inmensa altura de estas fiestas sin igual que tantas emociones positivas nos aportan. A la altura de quienes lo han dado todo en la crisis del covid-19 para que sigamos aquí, sanos y sanas. Si no lo haces por ti hazlo por ellos y ellas por los que no pueden estar. Que la fiesta vaya por dentro. Y que el único brindis hoy sea por la salud. Ya habrá tiempo para celebrarlo.